UNA PROPUESTA CONCRETA PARA APOYAR LA SUBSISTENCIA DE LOS EMPRESARIOS DEL TURISMO RURAL

UNA PROPUESTA CONCRETA PARA APOYAR LA SUBSISTENCIA DE LOS EMPRESARIOS DEL TURISMO RURAL


Si en algo estamos ya casi todos de acuerdo en relación con esta crisis es que hay muchas cosas que no se han hecho bien en nuestro país y cada vez, parece más claro que hemos fallado en la prevención. Teníamos información, sabíamos lo que venía, pero nos pusimos de perfil.  Sin embargo, ponerse un velo para no ver lo que no nos gusta, ha demostrado no ser una buena opción.

El turismo es un sector básico de la economía española y los alojamientos turísticos, un pilar fundamental de éste. En concreto, según datos del INE de febrero de 2020, en España el total de alojamientos abiertos era de 28.528 y el de empleos generados por ellos, de 189.969.  Es decir, un número suficientemente relevante de negocios y empleos, como para que nuestras Administraciones Públicas (AAPP) deban dedicarles su atención.

Dentro de las diferentes tipologías de alojamientos que hay en nuestro país, la conformada por los alojamientos de turismo rural, incluye bajo su rúbrica un variado tipo de empresas (casas rurales, albergues, apartamento rural, hotel rural, balneario, bungalow, cabaña, etc.), que en general se pueden clasificar dentro del grupo de microempresas y pertenecen a empresarios individuales o lo que es lo mismo, autónomos. Muchos de ellos afortunadamente no dependen exclusivamente de los ingresos que les genera este negocio para subsistir, pero algunos sí y en todo caso, ambos grupos de empresarios requieren igual de atención y apoyo por parte de las AAPP, que otros operadores económicos.

Devolver al huésped la confianza de que, si se aloja en un establecimiento rural  para pasar unos días de descanso, no corre ningún riesgo de contraer la maldita enfermedad, debe ser un objetivo prioritario para devolver a la normalidad una parte relevante de la actividad económica de nuestro país.

Con ese objetivo, parece esencial el desarrollo de programas para apoyar a los empresarios del turismo y más concretamente a los del turismo rural (un colectivo que carece en la mayoría de los casos de los recursos de personal, tecnológicos y financieros necesarios para responder ante una situación de crisis como la que estamos viviendo) a superar el complejo reto de recuperar la confianza de sus huéspedes históricos y ser capaces de atraer nuevos clientes. Y esta necesidad es aún más urgente cuando, como sabemos, nuestro país padece en muchas de sus regiones de la enfermedad endémica llamada “despoblación” y es justamente el turismo rural, la actividad con más potencial de lograr retener personas y traer vida y algo de riqueza a estas zonas.

Un proyecto que sería clave para el futuro de nuestros establecimientos sería poder demostrar que son “COVIT FREE”, es decir que sus responsables saben limpiar como es necesario hacerlo para eliminar la posibilidad de contagio y que sus establecimientos, en consecuencia están realmente desinfectados.

Este proyecto podría integrarse por varios elementos:

  1. Protocolo a seguir para desinfectar con efectividad. El protocolo en cuestión debería ofrecer indicaciones claras, concretas, realizables y asumibles desde el punto de vista económico. Pensamos que quizás corresponda a la UME, en quien está recayendo la responsabilidad de desinfectar a diario todo tipo de instalaciones y espacios, su definición.
  2. Formación online para los responsables de limpieza que permita a quienes vayan a encargarse del desarrollo del protocolo comprender cómo implantarlo y estar en condiciones de realizar su trabajo garantizando su cumplimiento.
  3. Identificación de las mejores empresas proveedoras de los productos y aparatos de desinfección necesarios para llevar a cabo la limpieza de la forma adecuada y gestión de compras colectivas para obtener productos de calidad y las mejores condiciones. Es más que posible que todos o parte de los productos que sea necesario adquirir provengan de otros países y, en consecuencia, su negociación y compra en buenas condiciones requerirá de un know-how de cierta complejidad.
  4. Identificación de compañías de desinfección, que estén en condiciones de ofrecer a quienes deseen subcontratarlas, un servicio que respete el protocolo. Podría crearse un directorio de compañías homologadas.
  5. Creación de un sello de calidad COVID FREE que podrían utilizar quienes se unan a la iniciativa Alojamiento COVID FREE.
  6. Campaña de difusión y comunicación sobre lo que conlleva el sello ALOJAMIENTO COVID FREE para que los viajeros se sientan tranquilos y el turismo vuelva, lo antes posible, a los niveles de actividad del pasado.

Sabemos que tras la tempestad llega la calma, pero también sabemos que nuestra economía no requiere calma, sino actividad y de ahí que hagamos ahora esta propuesta.  No volvamos a equivocarnos por anticiparnos al efecto económico del COVID 19, el turismo rural, al igual que otros sectores económicos a los que sería extensible nuestra propuesta (bares, restaurantes, zonas de ocio, etc.)  necesita apoyo, lo necesita ya y, soluciones como la propuesta, no son caras, son viables y deberían tener el apoyo inmediato e incondicional de las AAPP.

María Jesús González-Espejo

Socia Directora del Instituto de Innovación Legal, Vicepresidente de la European Legal Tecnology Association y miembro de la Junta Directiva de ALETUR, Asociación Leonesa de Turismo Rural


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